Como su propio nombre indica la inconsciencia es un estado en el que el individuo no se da cuenta de las impresiones que recibe o vive.
Un inconsciente espiritualmente hablando, no solo es aquel que comete errores o hace daño sabiendo que lo hace porque no ve más allá de su propio egoísmo, inconsciente también es aquel que sin tener consciencia de lo que hace, vive sin tener en cuenta la magnitud de sus actos aun cuando no tenga ninguna intención de provocar lo que provoca, aun cuando no tenga ninguna intención de herir al próximo, lo hace por ser inconsciente de su actitud.
El primer inconsciente vive en su locura por su total des conexión con su esencia Divina y lo único que le da aparentemente una sensación de satisfacción es vivir en la distorsión, porque él mismo es la distorsión y no puede o no quiere salir de ella. Sin embargo el segundo inconsciente vive alejado del conocimiento de la distorsión en la que vive, pero tampoco evoluciona en muchos sentidos por el desconocimiento de la misma, o sea, si no puede reconocer el daño que provoca ¿como puede dejar de hacerlo?
Solo cuando has vivido y experimentado la misma distorsión puedes, si quieres, salir de ella, porque sabes reconocer en tus actitudes lo que debes o no hacer por el reconocimiento del efecto causado, porque en esta o en otra vida lo has experimentado y has acumulado conocimiento que te da la capacidad para ir saliendo de esta misma distorsión.
Hay quien sin saberlo comete los mismos errores de los que si saben que los están cometiendo, claro esta que la intención no es la misma, porque el primero sabe intencionadamente lo que hace y los efectos pretendidos y el segundo individuo no lo sabe pero lo hace sin saberlo, porque no llega a tener consciencia de como se mueve y del papel que desempeña en su relación con los demás, quizás por no tener la experiencia necesaria para ello.
Yang
