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Historia de una pequeña alma




HABIA UNA VEZUNA PEQUEÑA ALMA QUE DIJO A DIOS:¡Ya se quien soy!
Y Dios le contestó:¡Maravilloso!¿Quién eres?
La pequeña alma contestó a toda voz.
¡Soy la luz!
Dios sonrió ampliamente:
Así es —exclamó. Tú eres la Luz.
La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.
¡Hurra! ¡Esto es fantástico!
Pero poco después ya no le bastó con saber quien era.Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.
Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
¡Hola, Dios!Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente.
Quiero sentir como es ser la luz.
Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.
¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.
Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo
Tú siempre has sido la más aventurera
Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio.
Pero hay una cuestión…
¿Qué es? preguntó la almita.
…Que no existe otra cosa además de la Luz. No creé otra cosa que lo que tu misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.¿Cómo? —repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.
Piénsalo de este modo.
Eres como una vela en el sol.
Ya estas allá, junto con millones y ga-guillones de otras velas que forman el sol.
Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto.
Pero saber que eres la Luz estando dentro de la Luz… ese es el problema.
Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!
Dios volvió a sonreír:
Ya pensé en algo.
Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.
¿Qué es la oscuridad? Es aquello que tú no eres.¿Tendré miedo de la oscuridad? —gimió la almita.
Solo si así lo quieres —respondió Dios.
A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.
¡Ah! —exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.
Entonces Dios explicó que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.
Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo caliente sin lo frío, el arriba sin el abajo, lo rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el acá sin el allá, el ahora sin el después.
Y así —concluyó Dios, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.
Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello.
De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás lo sabrán.
Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.
¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial? — inquirió la Pequeña Alma.
¡Por supuesto! — rió Dios, ¡Esta muy bien!
Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”. Todos son especiales, cada uno a su modo. Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que está bien que sean especiales sólo cuando tu mismo sepas que está bien ser especial.
¡Fantástico! — exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.
¡Puedo ser todo lo especial que quiera!
Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo — agregó Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.
¿Qué parte de lo especial quieres ser?
¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.
Verás… — le explicó Dios:
Ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes.Ser generoso es ser especial.Ser amable es ser especial.Ser creativo es ser especial.Ser paciente es ser especial.
¿Se te ocurren otros modos de ser especial?
La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:
¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! — Exclamó luego.Es especial ayudar a los demás.Es especial compartir.Y ser amistoso también es ser especial.¡Ser considerado con los demás es ser especial!
¡Así es! — concordó Dios.
Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.
¡Ya se lo que quiero ser! —anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”.¿No es especial perdonar?Oh, si —aseguro Dios. Eso es muy especial.
Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar.Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.
Bien —dijo Dios.Pero hay algo que debes saber.
La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse.Parecía que siempre había complicaciones.¿De que se trata? —suspiró
No hay nadie a quien perdonar.¿Nadie? La Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.
¡Nadie! —repitió Dios.Todo cuanto hice es perfecto.No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu.Mira a tu alrededor.
Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían.
Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.
¿A quién perdonar entonces? —preguntó Dios.
¡Oh, creo que esto será muy aburrido! — gruñó la almita.Quería experimentarme como El Que Perdona.Quería saber como es esa parte de lo especial.
Y, así, supo como es estar triste.
Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:No te preocupes Pequeña —le dijo. Yo te ayudaré.
¿De verdad? —replicó, con el rostro iluminado.
¿Pero que puedes hacer?
Puedo darte a alguien para que lo perdones.
¿Puedes?
¡Desde luego! —canturreó el Alma amistosa.
Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.
Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? —preguntó la Pequeña Alma.Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección.
Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla.¿Qué podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa?¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?
Es muy fácil —repuso el Alma Amistosa.
Lo haría porque te amo.
A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.
No te asombres — le dijo el Alma Amistosa.
Tú hiciste lo mismo por mí. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas,
Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tu y yo Fuimos la victima y el villano.
Así, nos hemos reunido muchas veces, la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.
De ese modo —añadió el Alma Amistosa, llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.
¿Que harás? —preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa.¿Que puede ser tan terrible?
Oh, ya pensaremos en algo —replicó el Alma amistosa, con un guiño.Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro:Tienes razón en algo.
¿En qué? —quiso saber la almita.
Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.
¡Si, lo que quieras — exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar, Podré perdonar, podré perdonar!
Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.
¿Qué quieres? —le preguntó. ¿Qué puedo hacer por ti?¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!
¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! —interrumpió Dios¡Todos lo son! Siempre recuerda eso que solo ángeles envío.
Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:¿Qué puedo hacer por ti? —volvió a preguntar.
En el momento que te golpee y te despedace —repuso el Alma Amistosa. Cuando te haga lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…
¿Que? — interrumpió la Pequeña Alma. ¿Qué…?
El Alma amistosa está aun más seria:Recuerda quien soy realmente.
¡Si, así será! —exclamó el Alma Inocente. ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.
Muy bien —repuso el Alma Amistosa, porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidaré quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien soy, incluso tú olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.
¡No, no será así! —prometió otra vez la Pequeña alma.
¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.
Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar.
Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible.
En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo.
“Siempre recuerda que no envío mas que ángeles”



Neale Donald Walsch

Maestros y maestrillos de andar por casa


El mundo está lleno de maestros que se auto otorgan ese título, o a exponer el que otros le hayan otorgado.
La verdad es que esa definición a mi humilde entendimiento, me deja mucho que pensar, visto que mientras se viva en una vida evolutiva siempre hay que aprender algo nuevo en cada experiencia, en cada vivencia, en cada nuevo pensamiento.
Diría que la maestría significa llegar a un entendimiento elevado, perfecto, haber llegado a la iluminación y la realización, donde no caben actuaciones mundanas donde el ego todavía maneje muestra mente y nos haga actuar bajo su manipulación emocional.
Muchos dan lecciones sobre cómo se debe, pensar, decir, actuar, ¿pero realmente ellos mismos como actúan, sienten y dicen?
La mayoría dan lecciones porque otros lo han dicho, lo han escrito y siguen su enseñanza al pie de la letra, ¿pero lo han experimentado y trabajado?
Se sigue la enseñanza del que se dice maestro, sin apenas cortejar la exactitud de esa afirmación y se repite como cotorras sus palabras.
La verdad es que pienso que cada uno es su único maestro porque ha llegado a un nivel de entendimiento, el que le corresponde en ese momento, ya sea por su trabajo, sus experiencias en sus diversas vidas etc.
La maestría no es algo en que se haya uno examinado y le den un titulo acreditativo, ¿Quién es quién para valorar el nivel más alto de la evolución? ¿Para acreditar haber llegado a lo más alto que corresponde un ser realizado?
Cuando leo ciertas lecciones de cómo debemos actuar y ser, me pregunto si esa manera de expresar no saldrá de ese mismo ego del cual se nos está hablando que debemos transformar. Algunos escritos dicen en voz callada, por detrás de lo que se lee, “oieeeee debes ser como yo soy”. Hummmmmmm.
Es cierto que cada persona debe compartir sus experiencias, con la intención de cada uno coja para si lo que le interese bajo su propio criterio, después de su propio razonamiento personal, así aprenderíamos todos a pensar individualmente y eso haría que fuéramos capaces de ir construyendo nuestro propia evolución.
Soy totalmente consciente de que en este momento también alguien se puede preguntar si esto que digo sale de ese mismo ego, al cual respondo,.. Sois libres de hacerlo porque no soy maestro de nadie y acepto cualquier pensamiento de quien me lee por entender que cada uno es libre de tener su propio criterio a la hora de valorar las cosas y por ese mismo entender, esa misma libertad, me la permito y doy mi parecer sobre lo que veo y pienso.

La sabiduría de saber vivir



La sabiduría de saber vivir reside en el saber fluir aun cuando las adversidades estén presentes en tu vida.De nada sirve resistirse, ni luchar en contra de lo que existe, aun cuando no estés de acuerdo, pues solo serviría para que vivas tu propia guerra en contra de enemigos invisibles, visto que nada puedes cambiar, a no ser tu mismo, en medio de un mundo que va desbocado en su propia locura.
Lilith



Es como intentar parar un torrente que arrasa a su paso, como intentar controlar un huracán que solo responde a su propia energía, un solo hombre nunca podrá solventar solo lo que quisiera, solo otra fuerza igual lo podría y esa fuerza reside en la unión de los hombres, siendo conscientes de lo que realmente representa cada acto en sí mismo, siendo conscientes de que necesitamos de todos en común, nunca a través solo de su propio egoísmo.

Pero para lleguemos a esa unión todavía tendremos que vivir durante mucho tiempo bajo el dominio de muchos que solo se reconocen a sí mismos como merecedores de ser reconocidos como únicos y de otros tantos que sólo viven volcados en sus propias "virtudes" mal interpretadas en función de su propia visión distorsionada de quien son y de lo que representan sus ideas puestas en practica.

Estamos ciegos al no poder reconocer la valía de cada uno, que junto con la nuestra seria la formula de realización de un mundo mejor para todos. Es como vivir en una rueda, en un circulo vicioso sin fin, hasta que en algún momento podamos saltar liberándonos de todo cuanto estorbe y podamos finalmente encender la luz que todos llevamos dentro pero que todavía no reconocemos la forma de darle al interruptor.

Todavía hay temor al desconocido


Increíblemente y muy a mí pesar he constatado últimamente que la palabra Dios o cualquier otro nombre con lo que te puedas referir al Creador, es todavía tema de miedos, sospechas, y rechazo. Y que todo lo que este fuera y que no pertenezca a una religión con nombres y apellidos es visto como se dé una secta se tratara, lo curioso es que, lo que es conocido no se ve como sectario, aun cuando implica estar sometido a pensamientos estrictos ultrapasados y dictatoriales, pero como es conocido y no implica cambios en lo ya es conocido, es aceptado aun cuando no nos hayamos parado a reflexionar detenidamente sobre sus leyes y conceptos, y no se considera la libertad de pensamiento.

En un mundo donde la violencia impera, donde la falsedad es el medio para hacerse con todo lo que creemos es nuestro, aun no siendo, donde la mentira, la hipocresía, etc, son las “virtudes” que gobiernan las actitudes de los que nos rodean, resulta imposible aceptar que la gente no tema al dolor provocado inútilmente al próximo y si a la palabra que significa fuente de vida y amor.

Es cierto que también se y reconozco que la ignorancia es base muchas veces de nuestra manera de actuar y pensar y quizás hay que dar un descuento a la gente que siente miedo cuando hablas de cosas desconocidas y que esas mismas cosas pueden provocar en el individuo que desconoce ese temor al no poder controlar lo que sus ojos no pueden ver, ni su corazón sentir.

Lo más triste es que esto imposibilita ese aprendizaje tan urgentemente necesario para poder salir de lo “normal” que al fin y al cabo es lo que conocemos, pero que no sirve y poder llegar más allá, para poder entender lo maravillosamente bello que es el conocimiento de lo que nos puede traer paz de espíritu. El poder vivir de otra forma, es descubrir otros modos de pensamientos renovados, es implicarse en su propio aprendizaje, aun cuando conlleve su propio esfuerzo en concretar que le es útil para poder establecer otro modo de vivir en concordancia a su propia personalidad y criterios, pero claro esto implica esfuerzo, duele y cuesta.

Lo cierto es que el hombre todavía no está preparado a la innovación de lo que representa lo establecido, de lo que aparentemente le representa “seguridad”, y que tampoco está preparado para asumir sus propias decisiones a la hora de poder constatar las verdades que representan su propia existencia, por miedo a perder su propia identidad ya establecida.

No hay puertas abiertas para dejar entrar cualquier cosa que no sea lo que uno ya es y eso conlleva a la no evolución, conlleva estar parado frente al espejo sin dejar de mirar lo que ya conocemos. Mucha gente se queja de que su vida es sufrimiento, pero nada hacen para dejar ese sufrimiento, se agarran a un clavo ardiendo con tal de no sentir ese temor al cambio.

¡Infelizmente es así, qué pena!

Taller de autoconocimiento

Yo soy el creador de lo que soy




¿Realmente sabemos quiénes somos?


Vivimos inmersos en lo cotidiano que la sociedad ha establecido, sin pararnos a reflexionar quiénes somos, ni cómo nos gustaría que fuera nuestra vida, intuimos que podría ser todo diferente, pero pensamos que ese cambio no puede empezar por nosotros, de que no está en nuestra mano el poder buscar otra forma de vivir, aunque no dejemos de vivir dentro de este mundo.


No tenemos la costumbre de mirar hacia nuestro interior para buscar nuestras propias formas de actuar y que a partir de ellas, nuestra vida y nuestro entorno puedan cambiar también.

Sólo nos regimos por lo que hemos aprendido, actuamos desde nuestras memorias, que en su momento nos fueran impuestas en consecuencia de las vivencias de nuestros padres, familiares, profesores etc.

Vivimos como si fuéramos sólo un ser físico, rutinario, pero en realidad nos olvidamos de que también somos espíritu, no actuamos desde nuestra esencia, que en definitiva es el amor y por ello nos olvidamos que lo que no damos tampoco recibimos.

Nuestro comportamiento es sólo un hábito.

¿O simplemente nos dejamos llevar por lo que pensamos que somos?
De la calidad de nuestros pensamientos depende la calidad de nuestra vida, no sólo porque nos sentimos mejor cuando tenemos pensamientos amorosos y positivos, sino que, los pensamientos son los ladrillos que construyen nuestra realidad.
Nuestros pensamientos crean las experiencias que vivimos.

Nuestro subconsciente está compuesto de pensamientos y creencias que a menudo distorsionan la forma de percibir (y por lo tanto crear) nuestra realidad.
Cada pensamiento que tenemos tiene su correspondencia a nivel emocional, físico y químico.

Así que, todo lo que vivo lo he creado yo a través de lo pienso.

¿Somos conscientes de cómo influyen nuestras emociones en lo que vivimos?

Nuestras emociones son el motor de cómo como percibimos, sentimos, hablamos, actuamos etc.
Si no somos conscientes del desequilibrio que hay en las emociones que sentimos, jamás podremos identificar la causa real de los conflictos internos que tenemos y también de los que vivimos en nuestras relaciones.
La inconsciencia de estas causas es el origen del sufrimiento que vive el ser humano.

Lo que causa el sufrimiento:


El ego:

(Egoísmo) da como resultado el desequilibrio de las emociones y te lleva a identificarte con un falso yo, te identifica con cosas exteriores (físico, posición social, religión etc) creando apego y disfunción.
El ego es la fuente de todo el sufrimiento.
Te hace pensar y vivir como el centro de todo y cuando no es así causa sufrimiento.
El dolor o sufrimiento emocional es el resultado de la manipulación del pensamiento y de las emociones por el ego.
Es un cumulo de energías negativas que tiene vida propia, en cualquier situación se activa, generalmente es más propicio en las relaciones más cercanas.
Este dolor se va acumulando a lo largo de la vida si no eres consciente de ello.
Para ir superándolo hay que obsérvalo y transformarlo para que deje de alimentarse.

El miedo:

El miedo es la emoción que impulsa a que sufras por cosas no reales, como pueden ser las creaciones mentales, o por las memorias de lo vivido. El miedo controla la mente, y si no eres consciente, te bloquea al punto de que pienses que realmente corres un riego que la mayoría de veces no es real.
El miedo es la emoción que está detrás de la mayoría de emociones desequilibradas.,
Eje: el egoísmo: miedo a no tener suficiente
La envidia: miedo a no tener lo que el otro tiene
La vanidad: miedo a no ser admirado y considerado
La ira: miedo a no poder controlar como yo quiero
La rabia: miedo a que no se haga lo que yo pienso
El orgullo: miedo a no ser reconocido

El apego:

Me agarro a todo lo que me hace falta y que creo que necesito, para tener seguridad, el apego no solo es la dependencia de otro, el apego siempre es la dependencia de un sentimiento.

El control:

El control es el dominio y la manipulación de todo cuanto vivo, aun cuando no sea un asunto mío. Es la implicación desequilibrada del yo en todo cuanto vivo.
Me hace estar constantemente alerta de los movimientos externos para que yo los pueda modificar a mi antojo y cuando no es así me hace sentir mal.

La no aceptación:

Te hace intolerante hacia lo que piensan y viven los demás, porque las creencias que tienes determinan la realidad que vives.
La incomprensión hacia los demás me hace intolerante, porque va en contra de mis deseos y mi manera de vivir.
Entonces determino que la culpa de lo que sufro es de los demás, de Dios, de la vida etc.
Siempre busco al culpable de lo que me pasa, en mi exterior.

La resignación:

Es la falsa aceptación, es cuando haces algo porque otro te lo dice, pero dentro de ti no has comprendido ni aceptado.
Es un acto de sumisión, de ceder para no causar trastornos y para evitar discusiones o peleas.

No vivir en el ahora:

El pasado: 

El ser humano siempre tiende a centrar su vida en lo que ya no es su presente, porque guarda sus recuerdos siempre como algo negativo, siempre son motivos de dolor, si son buenos porque ya no los vive y si son malos los recuerda como un motivo de dolor y trauma.

El futuro: 

siempre es motivo de preocupación porque piensa que en él está la solución a todo cuanto ahora no tiene, o por otro lado lo teme por ser algo imprevisto y no domina.

Muchos confunden el vivir en el ahora con el tener que desprenderse del desear algo, el deseo siempre será el impulso que te haga avanzar evolutivamente, es el impulso natural de la búsqueda tan necesaria para poder culminar nuestro avance evolutivo como ser.

El deseo siempre, como cualquier otra emoción tendrá que ser equilibrado, razonado, para que no nos haga sentir ansiedad por no conseguir lo deseado, para no crearnos preocupación por no poder alcanzar lo que nos proponemos.

No tener fe:

Realmente el que no se tenga fe es lo mismo que no tener confianza en lo que uno es capaz de realizar. La fe es lo que nos impulsa a tener voluntad por creer que somos una parte divina y que por lo cual debemos tener la convicción de que todo está por algo y para algo. Es lo que nos permite poder aprender y evolucionar. El no tener fe es fuente de sufrimiento, porque en determinadas situaciones te lleva a sentir como un barco a la deriva.

El cambio depende:


De lo predispuesto que este cada uno a que suceda ese cambio.

De lo abierto que se esté para actuar desde el interior, buscando la transformación desde el amor, la voluntad y la fe.
Nada es fácil, solo hay que tener constancia y actuar siempre desde dentro hacia fuera. Para ello hay que:

Tomar consciencia: 

La toma de consciencia es llegar a comprender que algo en mi vida me causa conflicto y que hay que buscar el porqué de esos conflictos.

Auto observación: 

al ser consciente de yo soy quien tengo que transformar cosas para que no viva en sufrimiento, me observo como si de otra persona se tratara, pero no juzgandome, solo tomo consciencia de cómo actúo, para llegar a comprender que cosas tengo que transformar y como las puedo transformar.

Identificación: 

Al identificar la percepción de la realidad aprendes a identificar los cambios en tu interior, puedes percibir qué tipo de energía estás emitiendo y cómo puede influir y afectar a otros lo que emites y poder identificar la energía que imiten los demás.

Transformación: 

Es el trabajo constante desde el amor, la comprensión y la aceptación, para llegar a comprender e integrar lo aprendido.

Cuando iniciamos el proceso de la transformación interior es debido a que se asume totalmente la responsabilidad de “mi bagaje” y por lo tanto tomo las riendas e inicio el proceso de trabajo de cambio de las partes que me generan conflicto interno.

 En este proceso deberíamos trabajar la empatía como medio para poder comprender más de cerca los sentimientos que implican las acciones ajenas como si fueran nuestras.

Lilith




Peregrino de la vida


En el misterioso latir de la vida, hay un peregrino dispuesto a andar, por el sendero que lleva a la cumbre, donde dicen el misterio encontrar.

Por el camino mil vivencias le enseñan, el valor de saber transformar, el dolor que lleva en su pecho y las espinas poder arrancar.

A la sombra de un árbol se arrima, en medio de una gran olivar, en sus sueños vislumbra la forma, de la cumbre poder alcanzar.

En el alma lleva recuerdos, que algún día deberá despojar, emociones a fuego grabadas, que su mente tendrá que limpiar.

Peregrino prosigue el camino confiado de poder desvelar, el misterio que equilibra la vida, y así comprender su destino.

Y la paz que el tanto añoraba y que en tantos sitios buscaba, comprendió peregrino el misterio, que en sí mismo la llave guardaba.

En su corazón una luz alumbro, sentimientos que él nunca sentía y así el misterio alcanzo, con el amor como único guía.

Lilith

Balada al amigo


No puedo darte soluciones a todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para todas tus dudas y temores pero puedo escucharte y compartir contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro, pero cuando necesites estaré junto a ti

No puedo evitar que tropieces, solo puedo ofrecerte mi mano para que te agarres y no te caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos, pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomes en tu vida, me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte sin que me lo pidas.

No puedo trazarte límites, dentro de los que tengas que actuar, pero sí te ofrezco ese espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te rompa el corazón, pero puedo llora contigo y recogeré los pedazos para juntarlos de nuevo.

No puedo decirte quien eres, ni quien deberías de ser, solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.

José Luis Borges

Buscando a Dios


Buscando a Dios

Normalmente nos acordamos de Él para pedir que nos ayude en nuestras voluntades, como ultima salvación, cuando a toda costa queremos ver satisfechos nuestros deseos más urgentes, esperamos siempre que del “cielo” venga en forma de “milagro” y nos resuelva lo que pensamos necesitar.

Pero lo que realmente nos olvidamos es que la resolución de todas nuestras necesidades y carencias, problemas y angustias sólo está en nuestras manos, todavía no comprendemos que somos una parte de Dios, y que Él está en cada cosa que hagamos.

Siempre vemos a Dios como alguien o algo que esta fuera de nosotros, lo vemoscon poderes que no podemos alcanzar para poder resolver todos nuestros problemas, quizás porque buscamos al Dios que nos enseñan las religiones, un Dios inalcanzable, con poderes sobrenaturales, porque así nos es más fácil liberándonos de que tengamos que esforzarnos para alcanzar lo que necesitamos transformar en nuestras vidas.

Pero lo que hay que saber y tener consciencia es que eres tu quien tiene que “trabajar” para que encuentres dentro de ti la solución que pides a Dios, Él lo realizara a través de ti, solo tienes que buscarlo en tu espíritu, en tu corazón, en tu alma y sabrás como te podrás ayudar. Dios es energía creadora y tu una de sus creaciones, eres esencia divina, siéntela y comprenderás su significado, el amor.

Ayudándote tú, encontraras eses “poderes” en ti y sabrás entonces donde reside tu conexión con Dios, haciendo tu lo que creas que haría Él, hacia ti y todo cuanto te rodea.

Dios está en ti, no lo busques en otra parte.

Lilith

No confundir la aceptación con la sumisión.


La aceptación nace del entendimiento de tener que trabajar aspectos que necesitamos para el fortalecimiento del yo. Este mismo fortalecimiento nos irá dando las herramientas necesarias para poder y saber enfrentarse a cualquier situación que se nos presente a lo largo de la vida.

La aceptación consiste en el reconocimiento a partir del amor de que todo lo que llega a nuestra vida, es y esta, para desarrollar el aprendizaje del equilibrio de las emociones que todavía necesitamos, e ir formando una personalidad a partir de la firmeza de nuestras convicciones como individuo.

La sumisión sin embargo nace del empobrecimiento del desarrollo del individuo como ser, deriva de una baja autoestima, de la poca valoración que tiene de sí mismo en relación al mundo que le rodea. Por ello se submete para poder sentirse aceptado, por miedo a sentirse solo, por no valer lo suficiente en relación a.., o por sentir no ser lo suficientemente buena persona a la vista de los demás.

La sumisión es la anulación de tu propia voluntad a favor de la del otro, y esto conlleva tarde o temprano luchas interiores entre lo correcto y lo no correcto. La sumisión es algo así como la fustigación o la autoflagelación que utilizaban en la edad media como método de remisión de los pecados, era vista como la dadiva que Dios necesitaba para ser recompensado de nuestras malas actitudes.

En esta nueva consciencia, sabemos que Dios no necesita de azotarnos, si no, que somos nosotros mismos que lo hacemos por desconocimiento de la razón por la cual tenemos que transformar cosas en nuestro interior, que lo que hagamos es solo por nosotros mismos, para poder sentirnos bien en cualquier situación que vivamos y desarrollarnos como ser.

La diferenciación de estés dos sentimientos es la clave del buen desarrollo de la evolución, en el sentido de que de ello depende el poder enfocar bien la transformación de nuestras emociones, y comportamientos.

Pongo un ejemplo práctico:

Como sabemos es a través de la relaciones, que se presentan las situaciones pertinentes para ese trabajo que conlleva la aceptación.

Cuando se presenta una situación donde una persona nos hace sentir dolor, rechazo, disgusto, etc. Es el indicio de que algo dentro de nosotros necesita equilibrio, para que ese dolor desaparezca. Esta situación muy a pesar nuestro no es agradable, pero es el material necesario para “curar” ese dolor. Es entonces que desde la valentía de nuestro empeño de curarnos, aceptamos esa situación, por ser conscientes de que solo pasando por ella transformaremos ese “algo” que nos duele.

Aquí viene la explicación de que no es que tengamos que aceptar que lo que hace la otra persona es lo correcto, que a lo mejor no lo es, si no, que utilizaremos esa situación para comprender al otro desde el amor, porque su acción también proviene del dolor de sus experiencias y nosotros le proporcionamos con nuestras acciones el medio para que el también pueda experimentar esa parte suya desequilibrada.

Normalmente solo nos utiliza para descargarse de ese dolor que siente y desconoce el porque. Así pues aceptamos la existencia del dolor ajeno tal y como es, y también desde el respeto de que cada uno puede ser como quiera o pueda, aunque a nosotros nos parezca incorrecto su comportamiento, quizás también a él no le es fácil cambiar ese modo de ser.

No es que aceptemos su incorrecta forma de hacer, porque si somos consecuentes con la verdadera forma de actuar no podremos estar nunca de acuerdo que alguien haga sufrir a nadie, aquí se da el verdadero discernimiento de la razón de lo correcto, de la verdadera sabiduría de cómo debemos funcionar hacia los demás.

Es aquí que como la mayoría de personas que no son conscientes de lo que representan las situaciones que vivimos, se repiten sin fin, hasta que en algún momento de nuestra existencia puedan ver qué hacer con ellas y poder solventarlas.

Cuando esa misma situación ya no nos haga sentir dolor aun cuando se nos presente, entonces es cuando desde esa tranquilidad interior que se establece, porque ya no vivimos esa situación desde dentro, si no desde fuera, como si de un espectador se tratara, podremos decir al otro que no queremos seguir viviendo lo que nos ofrece, por no estar en sintonía con lo que emana. Entonces hemos liberado ese sentir que antes tanto nos atormentaba.

Lilith