Y un día se hizo luz sobre lo olvidado.
El corazón sintió la necesidad de profundizar sobre quien era y el porque estaba.
Algo hasta ahora adormecido, buscaba incansablemente saber y encontrar.
En la profundidad del alma algo anunciaba que ya era hora de despertar, que había pasado el tiempo suficiente para sufrir y que ahora era tiempo de búsqueda de la felicidad tan ansiada durante años de abnegado silencio.
Mirando las estrellas pedía desde el mas sentido amor, que se mostrara la alquimia necesaria para tan deseado cambio . Se inició la tormenta anunciadora de la transformación que en sí misma es también la que da paso a la renovación, al inicio del camino, por el cual se va entrando poquito a poco en el desvelo de la sabiduría que siempre ha estado.
Sólo hay que ir descubriendo las señales reveladoras y ser consciente de cada paso que te va indicando por donde hay que seguir para que se encuentre ese sendero firme que te lleva hacia tu esencia divina.
Yang