Todos necesitamos ser amados, abrazados y que nos mimen,
para sentirnos bien y sentirnos queridos, desde pequeños necesitamos de ese
amor, de sentirnos protegidos, de que nos demuestren cariño, es una necesidad natural
ya que en la vida, el principal objetivo y propósito Divino, es que aprendamos
a amar, y para que aprendamos a amar es necesario que alguien nos recuerde el verdadero
sentido del amor, para que se repita en un ciclo infinito.
Hay un impulso inherente que nos incita a querer
descubrir el amor, por eso hay una necesidad de tener pareja para compartir,
tener hijos para crear amor, visto que la misma evolución se basa en las
relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida y solo a través del amor
hacia los demás podemos transformar nuestras debilidades que nos hacen reaccionar
incoherentemente en las distintas situaciones que vivimos.
La imposibilidad o bloqueo que nos impide expresar nuestros sentimientos es muy común en
el comportamiento humano. Derivan de las vivencias que hemos ido acumulado distorsionadas y que
no hemos ido transformando por inconsciencia a lo que nos sucede.
Esa imposibilidad de expresar nos crea vacio interno, al
cual somos inconscientes de donde procede y le damos otras explicaciones a lo
que sentimos.
La mayoría de veces nos escondemos detrás de que es una rasgo natural
de nuestro carácter y que nada podemos hacer para cambiarlo.
Pero las escusas solo son una tapadera para no
profundizar en lo que nos pasa y en él porque nos pasa, por miedo a tener que
enfrentarnos a nuestros propios miedos, a nuestra incapacidad de enfrentarnos a
nosotros mismos y asumir lo que somos y dejar fluir ese amor guardado.
Pero si queremos, en el fondo sabemos que hay algo que no
está abierto, que no fluye, que no somos capaces de demostrar, de transmitir, es
como tener un tesoro encerrado dentro de un baúl que no encontramos la llave para que podamos
disfrutar de lo que sabemos que tenemos para dar.
El miedo a demostrar es parte de algo que nos fue
infundido, enseñado en alguna parte de nuestra existencia como algo débil e incluso
vergonzoso, algo patético y ridículo.
Cuando no hemos vivido esa demostración como algo
natural, cuando no nos han acostumbrado a expresar nuestros sentimientos, ni
nos lo han expresado tampoco a nosotros como algo que hace parte de la
normalidad de la vida, del dar y recibir, como cualquier otra actuación,
entonces se atrofia de manera que pasa a ser algo a parte de lo que es necesario
para crecer, para madurar como personas en cualquier relación.
También puede derivar del miedo a sufrir, porque quizás en
algún momento hemos dado y no hemos recibido como hubiéramos esperado, cuando
ese amor que hemos expresado ha sido dañado con un desengaño, o no hemos sido
correspondidos o quizás incluso hemos sido rechazados, nace ese miedo a volver
a sufrir y a sentirnos débiles frente a otro, entonces creamos corazas para
protegernos de volver a sentir ese daño.
En realidad ese daño es solo otra escusa más que crea
nuestra mente, porque nada ni nadie nos deberían influenciar para que no seamos
nosotros mismos siempre, independientemente de las acciones ajenas. Eso nos
indica una falta de poder interno nuestro para poder seguir siendo quienes
somos en cualquier situación.
Por ello, cualquier circunstancia externa nos manipula
nuestro comportamiento, nos modifica esa parte que no tiene seguridad, porque
en realidad no es como pensamos una parte ya segura de nuestra personalidad, dejamos
de ser quien creíamos para adaptarnos a la situación creada por cualquiera.
En definitiva somos vulnerables a las circunstancias
externas y a nuestros propios miedos. Enfrentarnos a nuestras emociones
desequilibradas es parte de un crecimiento, de un aprendizaje de quien somos
realmente, es parte de profundizar en nuestro Yo y rescatar esa parte olvidada
de quien somos y poder vivir desde esa esencia.
Tu poder para amar esta en ti, el amor no es una
debilidad, si no una fortaleza, una virtud para que la disfrutemos en su total
magnitud, descubrirlo solo pasa por enfrentarse a poder expresarlo de acción y
palabra, porque solo así puede llegar tal cual es, una corriente de energía
poderosa que trasforma al que recibe y al que da.
Para lógralo, solo hay que decir TE QUIERO y sentirlo de
verdad, incondicionalmente.
¡Atrévete, es más fácil
de lo que crees!
Lilith